Plaza Navona
Desde siempre la plaza de la alegria,
La plaza de la fiesta y la animaciòn popular. Actualmente turistas y romanos la animan dia y noche en compañia de artistas callejeros, mimos mùsicos y retratistas. Alrededor de la plaza se entrecruzan callejuelas medievales repletas de talleres de artesanos, tiendecillas de todo tipo, trattorias, pizzerìas, evoluciòn de la vocaciòn històrica de servicio a los peregrinos que se dirigian a San Pedro. Aqui y allà, sencillas y modestas casas rodean hermosos palacios renacentistas y barrocos, creando una atmòsfera relajada y expontànea que nos revela la cara màs enigmàtica de la ciudad. Y si acaso algo no funcionara como es debido en su visita, siempre podrà recurrir al Pasquino que es, desde hace siglos, portavoz del descontento popular.
Este es sin duda el mejor lugar para sentir el espìritu de la Ciudad Eterna y percibir en una ùnica imagen sus mùltiples caras. Lejos de la circulaciòn automivilìstica, la Plaza Navona ofrece el espectàculo de una fiesta permanente.
Domiciano le dio su forma estrecha y alargada: en el año 86 el emperador mandò construir en este lugar el estadio e inmediatamente instaurò en èl un ciclo de juegos al estilo griego. Al contrario de los juegos del anfiteatro, en los que los gladiadores se enfrentan con violencia , èstos combinan los juegos de espìritu con los sanos ejercicios fìsicos. Las carreras a pie, el pugilato, el lanzamiento de disco y jabalina se celebraban aquì, mientras que los concursos de elocuencia, de poesìa y de mùsica tenìa lugar en el cercano Odeòn.
Recobrò vida durante el renacimiento, cuando se convirtiò en una de las plazas màs bellas de la Roma Pontificia. Teatro de distracciones populares, desde la Cuccagna donde los màs fuertes trepaban al famoso màstil
untado con sebo, hasta los espectàculos de marionetas.
Desde mediados del siglo XVII, al llegar el verano, se inundaba parcialmente la plaza para celebrar los juegos acuàticos. Desde 1869, el mercado se instala en el Campo dei Fiori y la plaza navona ya sòlo se llena de puestos durante la Navidad y la Epifanìa.
Desde mediados del siglo XVII, al llegar el verano, se inundaba parcialmente la plaza para celebrar los juegos acuàticos. Desde 1869, el mercado se instala en el Campo dei Fiori y la plaza navona ya sòlo se llena de puestos durante la Navidad y la Epifanìa.