Las màs imponentes de Roma

Los baños de Caracalla o Antoniniana (del nombre de la dinastía Antonina) constituyen uno de los mayores ejemplos de baños imperiales en Roma, se conservan aun gran parte de su estructura y esta libre de edificios modernos. Fueron construidos por el emperador Caracalla en el Aventino, entre 212 y 217 D.C., como lo demuestran los sellos de ladrillo, en un área cerca del Circo Máximo, construido por el rey Tarquinio Prisco.
Estos baños eran las más suntuosas del Imperio Romano, si bien están destinadas para el uso masivo de la población de los distritos vecinos de la popular Regio XII, mientras que la clase social más alto rango que solían frecuentar los Baños de Agripa, los de Nero, o especialmente baños de Trajano en el Esquilino. Los baños de Caracalla fue superado en tamaño sólo por el Diocleciano; Sin embargo, las ruinas de las Termas de Caracalla son el ejemplo más intacta de los grandes baños imperiales, libre de acumulaciones de un período posterior. 
La construcción del complejo comenzó en el año 206 por Septimio Severo, fundador de la dinastía de los Antoninos; pero en cualquier caso se terminó en 216 por su hijo Caracalla, que ascendió al trono en 211. Incluso sus sucesores Heliogábalo (218-222) y Alejandro Severo (222-235) estaban interesados ​​en la construcción y la decoración de la valla exterior del edificio. Para el suministro de los baños en el 212 fue creada una rama especial de la Acqua Marcia, uno de los acueductos de la antigua Roma, el Aqua Antoniniana, que superó la Via Appia en el Arco de Druso.  
El complejo de spa fue construido en un barrio pobre en lugar de la ciudad, y para la realización de la explanada era necesaria para descomponer los edificios existentes y sbancare área grande hacia el Aventino, y llenar la tierra está en el lado opuesto. El acceso al enorme complejo estaba garantizada por la Vía Nova, amplia calle arbolada, probablemente. Varios trabajos de restauración se llevaron a cabo por Aureliano, Diocleciano, Teodosio  y hasta el momento de Teodorico (474-526).
Polemio Silvio, en el siglo V, citado como una de las siete maravillas de Roma, famoso por la riqueza de su decoración y las obras que adornaban. Durante la Guerra gótica (535-553), después de que el corte de los acueductos por Vitige, rey de los godos, los balnearios 537 dejaron de funcionar como tal.  Desde entonces, y en el siglo siguiente la parte central fue utilizado como Xenodochio, mientras que el área circundante se utilizó como cementerio para el entierro.

 
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